jueves, 25 de agosto de 2011

Calle Libertad

NOS QUIEREN ROBAR LA CALLE DE LA LIBERTAD

Artículo publicado en el apartado de "opinión" en el periódico Levante-EMV del día 8 de julio de 2008.

Entre la calle del Conde Trenor y la calle del Salvador de Valencia, donde el barrio de la Seu se abre al margen del viejo cauce del río Turia, encontramos, esquinada y sombría, la calle de la Libertad. 

Esta nomenclatura no deriva de los logros democráticos ni del avance de las libertades ciudadanas, como ocurre en tantas otras ciudades de la geografía valenciana o española. Por el contrario, el nombre de la Calle de la Libertad de Valencia proviene de abrirse en el lugar donde, en épocas históricas, se establecieron las prisiones municipales, conocidas como Presons de Sant Narcís, cuando el municipio compró la decaída cofradía del mismo nombre, para instalar a los reos que habían sobrevivido al pavoroso incendio que en el año1586 destruyó la Casa de la Ciutat. Toma por tanto el nombre del sugestivo recuerdo de la libertad perdida de los presos que allí eran encarcelados y que, desde sus celdas, atisbaban su ansiada libertad en aquella calle de evocación legendaria. Las cárceles de Sant Narcís vieron ampliadas sus estancias durante el siglo XVIII.

Es por tanto, un nombre de alusión histórica (al igual que el famoso Puente de los Suspiros de Venecia) que tiene sus orígenes precisamente cuando las prisiones de Sant Narcís fueron clausuradas. Será en el siglo XIX, en nota del historiador Vicente Boix, donde aparecerá citada por primera vez con dicho nombre. Cabe recordar que, anteriormente, esta calle se denominó Calle del Cabrit, y según Orellana, alojó la casa interina de Comedias.

Ya en el siglo XIX, la calle de la Libertad se vio envuelta por nuevos edificios de tradición burguesa o señorial, aunque su nombre se asentó para la memoria de aquella institución penitenciaria municipal que albergaba a los malhechores de la ciudad de Valencia. Y deberíamos saber que recibía a los delincuentes de más baja condición, pues los hidalgos y caballeros que debían cumplir prisión, eran trasladados a las Torres de Serranos.

En su proceso de expansión inacabable, el recinto que alberga las Cortes Valencianas ha encontrado en ese espacio un ámbito de propagación edificatoria que está alterando el ambiente residencial del barrio. Tras un proceso de expropiaciones y compras, el Palacio de Benicarló se abrió en toda su extensión hasta el palacio de los Trenor, a lo largo de uno de los márgenes de la calle de la Libertad, donde se habilitaron los despachos de los grupos parlamentarios. 

En la actualidad, las Cortes Valencianas han dado un paso adelante, con la compra de edificios colindantes (Salvador 21, 23 y 25, entre otros, que recaen en sus espaldas a la citada calle de la Libertad. De esta forma, el Plan Especial del Sistema General Cortes Valencianas incluía la propuesta de uso restringido de la calle de la Libertad para provecho de sus señorías, por cuestiones de seguridad.

El citado plan se ha realizado sin la audiencia de vecinos o asociaciones vecinales afectadas. Aún más, los firmantes del plan, los arquitectos Julián Esteban Chapapría y Jose Ignacio Casar Pinazo, se permiten la licencia de proponer, no sólo la privatización de la calle, sino la modificación de su anchura en el tramo central, alterando la trama urbana del barrio y privando a sus residentes de una calle de acceso.

Creemos altamente peligroso que arquitectos como los citados, que han dado muestra en otras ocasiones de un altísimo perfil deontológico en sus intervenciones en pro del mantenimiento y la rehabilitación del patrimonio de la ciudad de Valencia, acusen tal servilismo hacia una institución cuya sensibilidad con los vecinos brilla por su ausencia.

Incluso nos podríamos preguntar: ¿por qué los firmantes de la propuesta de la modificación y ensanche de la calle de la Libertad estuvieron en su día en contra de la modificación y ensanche de las calles adyacentes a la iglesia de Santa Catalina?

Resulta descorazonador comprobar cómo el carácter residencial del barrio de la Seu
se destruye con la implantación de nuevos servicios y sedes administrativas (PROP, Cortes Valencianas, Confederanción Empresarial Valenciana?) cuando la tendencia a la descentralización de las administraciones haría preveer que, aún manteniendo la sede del hemiciclo de las Cortes Valencianas, sus servicios se descentralizaran para favorecer el fortalecimiento residencial del barrio. 



¿Es que no les funciona el correo electrónico a sus señorías y a sus funcionarios?. En cualquier caso, si se acaba por desarrollar el plan de ampliación de las Cortes Valencianas en los términos en que se presenta, no debemos sino desear que las nuevas dependencias sean del agrado de quienes ocuparán el sitio que ellos han elegido, el lugar que históricamente ocuparon los malhechores valencianos de más baja estofa.






Enric Marí Garcia. Historiador. Secretari de l'Associació de Veïns Plaça del Salvador.

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